La fuente de soda Perecito:
Más que un restaurante, un punto de encuentro con la Valencia de antaño
En el corazón de Valencia, Venezuela, existió un lugar que trascendió el concepto de restaurante para convertirse en un símbolo de identidad y tradición: La “Fuente de Soda Perecito”.
Perecito era el lugar ideal para compartir con amigos y familiares. Su ambiente acogedor y su decoración sencilla, adornada con fotografías y recuerdos de antaño, invitaban a la conversación y a la camaradería.

Cómo nos dice el Escritor y periodista Rafael Simón Hurtado en su artículo “Perecito, una nostalgia” (link ) con respecto al ambiente de la Fuente de soda: “Las calurosas tardes de aquella ciudad podían volverse las más frescas tardes, bajo las sombras de los pequeños mangales y de los incipientes almendrones”, ya que el local disponía de mesas en un jardín en donde los comensales y tertulianos podían refrescarse con la carta de bebidas bastante surtida, capaz de alegrar los corazones de cualquiera.
Era una edificación simple, de bloque frisado y techo de zinc, su decoración, muy cercana a lo que ahora reconocemos como “Vintage” se basaba en fotografías, artículos como botellas clásicas de todas las marcas que pasaron por sus anaqueles, cuadros regalados por artistas plásticos, tazas y pocillos, carteles de eventos culturales, cornamentas de toros, botas y botellas de vino vacías, rockolas y “memorabilia” del siglo XX.


También se dice que fue bastante común encontrar en sus espacios a intelectuales, poetas, declamadores, profesores universitarios entre otros amigos de la bohemia de la ciudad.
La esencia de una época
Fundada en 1950 en ese ambiente modernista que transformó las principales ciudades del país, ajustándolas a las necesidades del creciente urbanismo, Pedro José Pérez, mejor conocido como “Perecito” se enfocó en la creación y administración de un establecimiento que se ganó un lugar en el corazón de los valencianos, gracias a su ambiente familiar, su comida reconfortante, su peculiar decoración y, sobre todo, sus famosas «tostadas de chencho».
Las tostadas de chencho
Muchos de los platos del menú, provenían de viejas recetas familiares que se fueron adaptando y perfeccionando, a las cuales se les añadió, con los años, nuevos ingredientes, entre ellos: el bistec pa hombre (bistec encebollado con un huevo frito sobre papas fritas) y el hígado pa hombre (servido de la misma manera), igualmente famosos su asado negro, la ensalada de gallina y el hervido de res. Y la bebida preferida de los comensales el green spot y la cerveza.
Las tostadas de Perecito, quien venía de Trujillo, eran una variante de la arepa rellena, la cual era toda una experiencia.
Para comenzar la tostada es una arepa hecha con harina de maíz, asada y luego frita en manteca de cerdo, hasta endurecerse sus lados, cocinándose hasta que están doradas; luego se sacan y se escurren dejándolas encima de papel absorbente. Después son abiertas y rellenadas.
En una entrevista dada por Paco y Luis, dos de los hijos de Perecito, ya pasados los años 2000, dadá al blog del Blibliotencario, hablan de la receta estrella:
“Las tostadas son invento de mi padre”, afirma Paco. Dice que viene de la arepa andina, trujillana, “que es delgadita, pero frita en manteca de cerdo”. A esta arepa Pedro Pérez Valera le agregó el chencho o pernil horneado, la cuajada y el tomate. “Es un plato que no ha variado en más de 50 años”, remata Luis, “es la misma tostada que consumían los valencianos que atendía mi padre”. Siendo para ellos el secreto la manteca de cerdo.
Sobre Perecito
Pedro José Pérez Valera nació en la ciudad de Trujillo, el 19 de de junio de 1908, del matrimonio entre Justo Pérez y Ángela Valera de Pérez.

A los 28 años, y radicado en Valencia, asume la jefatura de un local muy en boga, en una zona un tanto retirada de la ciudad para ese entonces, el antiguo Dancing Stadium Bar, adquiriendo experiencia en el ramo de la atención al cliente y administrándolo con éxito.
Seis años después, en 1944, se traslada a Caracas, donde inaugura, en la Séptima Avenida con calle El Atlántico, de la popular parroquia de Catia, el Bar Restaurant Perecito, prototipo del que luego edificaría en Valencia, unos años después.
A su regreso a Valencia, para el año de 1950 abre sus puertas la Fuente de Soda y Restaurant Perecito, ubicada en el número No. 151-72, en la avenida Bolívar norte de la ciudad. Allí junto a su señora Josefina de Pérez Sánchez y sus siete hijos Francisco José (Paco), Ángel, Aura, Luis, Pedro, Juan, y Oscar desarrolla un menú y un modelo de negocios muy peculiar depurado por sus experiencias anteriores que caló hondo en la identidad de los habitantes de la ciudad y su vida cultural.

Don Pedro Perez Valera fallece a finales de noviembre de 1968, dejando un legado gastronómico que sus hijos se encargaron de mantener por casi 40 años más, hasta su cierre en 2006, brindándole la oportunidad a nuevas generaciones de deleitarse con ese menú que había cultivado Perecito y su plato estrella “la tostada de chencho”.

El legado
La sencillez y el sabor de los platos servidos en Perecito y sus hijos son una guía para aquellos que buscan ofrecer comida reconfortante y arraigada en la cultura valenciana.
Su importancia como punto de encuentro, su aporte a la gastronomía local y su arraigo en la memoria colectiva, lo convierten en un elemento importante de la cultura Valenciana, ya que para muchos de sus habitantes, Perecito es sinónimo de infancia, familia y momentos felices.
El sabor de sus tostadas y el ambiente del lugar, evocan recuerdos entrañables que se transmitieron de generación en generación y que en buena medida fueron un símbolo de identidad para la ciudad.
La influencia
Tuvimos el honor en el equipo de Historia de la Arepa, de contar con la colaboración del Chef Carlos Raúl Guzmán para la realización de este artículo, quien gentilmente nos guió a través del universo de Perecito, a quien recuerda, pues siendo muy joven trabajaba cerca de su fuente de soda y almorzaba dos veces a la semana allí, por lo que conoció de primera mano los sabores de las famosas tostadas.
Por eso, y buscando en todo momento resaltar los valores y la tradición de este símbolo de la identidad de la gastronomía valenciana, el chef Carlos Raúl Guzmán, nos regala la versión de la receta de las “Tostadas de chencho” que sirve dentro de un variado menú que presenta desde hamburguesas a carabinas de quinchoncho en su restaurante El Garage Food & Bar en Valencia, en nuestra sección RECETAS.
¡Muchísimas Gracias Chef!
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